HOMENAJE A MIGUEL OLMO EN LA III SEMANA CULTURAL DE LA PEÑA LOS RECORTABLES

(Crónica de Ignacio Cepero (Nacho) facilitada gentilmente al Blog del Carnavalero)  

           Sobre las 20:15 horas ha empezado la III semana cultural de la Peña Los Recortables. Como viene siendo habitual, la primera noche siempre se la dedican al carnaval asidonense y a homenajear a un carnavalero de nuestra localidad. Este año le ha tocado a un hombre sencillo que le ha dado vida al carnaval de nuestro pueblo muchos años como componente de numerosas agrupaciones que sufrieron y supieron esquivar la censura.  Su nombre es Miguel Olmo, que con un polo de color rosa y rostro sonriente se acercó a la peña acompañado de su familia para contar y cantar sus recuerdos de carnaval.

Entre los asistentes se encuentra un carnavalero de pro como es Don Manuel Candón, autor de letras de muchas agrupaciones asidonenses. Por lo bajini nos dice refiriéndose a Miguel Olmo que la primera vez que salió en una comparsa tendría ocho o nueve añillos.

            Miguel, un tanto emocionado agradece a la peña el haberse acordado de él y reconoce que su aportación al carnaval ha sido modesta, ya que no ha compuesto ni letras ni música para ninguna comparsa, que tan solo se ha limitado a cantar ¡cómo si el mero hecho de cantar fuera moco de pavo! Miguel Olmo se acuerda de Don Manuel Candón, ilustre presencia entre el público asistente, pues como reconoció el propio Miguel, algunas de las agrupaciones en las que salió nuestro homenajeado llevaba letra de nuestro afable amigo Manuel Candón.

Miguel recordó un segundo premio conseguido el año en que salió con Los alegres marineros (1961) pero la primera agrupacón en la que salió Miguel fue en Los labradores de antaño, de la que recuerda que el tipo, entre otras cosas, llevaba un sombrero de palma que era un tanto pesado… Salió en Los siete niños de Écija, agrupación de la cual recuerda con nostalgia y le regalaron la ropa del disfraz por ser un crio. Cantó un pasodoble de Los labradores de antaño que cariñosamente se lo dedicó al letrista de la agrupación. Antes de entonar el pasodoble recuerda que por aquel entonces muchas de las letras que se componían eran rechazadas por la férrea censura política que dominaba el ambiente social de la época. La letra del pasodoble era sencilla, sin enredos superfluos, de mensaje claro y bien dicha con las palabras precisas, esto es, queriendo decir lo que se quiere decir sin insultos ni ofensas personales (¡Lo que es hacer las cosas con arte, vamos…!)

Al rato, Miguel, animado por el público, recordó un emotivo pasodoble de Los alegres marineros (1961) “5 de enero”. La miseria de los hogares españoles de entonces y la pena de un padre por no poder comprarle algún juguete a su hijo por el día de Reyes relucen tristemente en esta tierna y siempre verdadera letra.

Miguel Olmo, que con su voz emociona a los presentes, deja el testigo en su hijo, que con la guitarra en sus manos nos canta un pasodoble “Alegría andaluza” de otro letrista carnavalesco asidonense, Manuel Padilla. Seguidamente y junto a dos compañeros de su debutante coro Allegro molto gañotti, interpretan un tango.

            La gente estaba animada con las coplas carnavalescas y para seguir con la animación, y cambiando esta vez el sexo, salió una compañera de la peña Los Recortables para cantar un pasodoble de Paco Alba, el del famoso vaporcito, que hizo acompañada por los acordes de la guitarra de Antonio Benítez, actual letrista y director musical del coro de dicha peña. El director de la peña, Manolo Macías, tras haber advertido que mientras Miguel Olmo cantaba sus coplas algunas personas del público tarareaban al son las letras, anima a todos y en especial a esta gente a reunirse para compartir los recuerdos, las experiencias, para cantar todos juntos, para compartir y revivir aquellos felices años.

            Después del acto, la peña ofreció refrescos y aperitivos a los asistentes. Compartiendo una cerveza con algunos de los presentes, Manuel Candón recuerda el día en que entró en la casa de un paisano de Medina que estaba enfermo en cama, y a la casa subió con toda la murga para hacerle una alegre visita. Una anécdota que nos llamó la atención fue la igualmente referida por Manuel Candón según la cual un señor de Medina, a falta de recursos económicos para comprar una pandereta para la comparsa y presentándosele ante sus ojos un gato muerto, estimó oportuno que el pellejo del finado animal serviría para la ocasión. Así pues, y como dice el refrán “el que no tiene nada mejor se acuesta con su mujer”, de pellejo de gato estaba hecha la pandereta que acompañó las coplas que cantaron Los labradores de Antaño…



Manuel Candón (autor de numerosas agrupaciones asidonenses)